El ardor de la sangre/ Irène Némirovsky

«Pero a los veinte años, ¡cómo ardía! ¿Cómo prende en nosotros ese fuego en años, en unos meses, a veces en unas horas, lo devora todo y después  puedes enumerar sus destrozos… aunque tal vez no debería generalizar: hay gente que es tremendamente sensata a los veinte años. Pero yo prefiero mi locura pasada a toda su sabiduría.»

Páginas: 158 Año publicación: 2007 Francia

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¡Hello a tous! He estado algo desaparecida este mes. Pero no se preocupen, ya estoy aquí *cri cri cri*…

El ardor de la sangre, es una pequeña joya escrita entre los años 1938 – 1942 y no vio la luz hasta su publicación en el año 2007. Una novela fragmentaria -el primer manuscrito inacabado, posteriormente encontraron varios borradores, incluyendo, parte de esta novela- e inconclusa. Lo cual nosotros, como lectores, podemos dar rienda suelta a nuestra imaginación. Darle fin o no, si queremos le damos volteretas, o lo que gustemos. Es una tarea que nos legó Irène.

La ambientación se sitúa  en alguna provincia de Francia. Silvio, vive en una apacible casa, sin lujos, con lo justo y necesario (también es lo que su bolsillo se lo permite). Después de recorrer mundo, se siente gustoso en la soledad y disfruta de las cosas sencillas. Y, ocasionalmente, de la visita de su ‘familia’. Desde su visión nos adentramos a las costumbres y vivencias de los pueblerinos (pueblo chico, infierno grande). Los contempla cauteloso, curioso. Pues las apariencias engañan…

«No sé si el ser humano construye su vida, pero lo cierto es que la vida que ha vivido acaba transformándolo.»

Poco a poco conoceremos a otros personajes que le darán peso a la historia, y el por qué de ella.  Colette -sobrina de Silvio- se casa con un joven de familia bien, que la ama y dará una vida apacible, acomodada. Igual que la de sus padres -considerándolos un modelo a seguir. Colette vendría hacer el rol que se espera de cada mujer en un pueblo conservador e hipócrita. Y «como antagonista» tenemos a su amiga (una amistad a escondidas) Brigitte. Es de las que siempre hablan mal, cuchichean, chismean…un poco más y se persignan en su presencia XD

«O un nuevo amor, sí. Pero lo mejor para que llegue, y me refiero a un amor auténtico, limpio y sano, es no pensar demasiado en él, no llamarlo. Si no, te equivocas. Le pones la máscara del amor a la primera cara vulgar que se te presenta.» 

Yo creí que sería una novela un tanto contemplativa, o costumbrista.  Pero no. La narración es desenvuelta, y con un ritmo intensamente crescendo, dando importancia, pausadamente, a los detalles. Y no me refiero sólo a detalles de ambientación, sino a esos detalles que caracterizan a un ser humano; sus pesares y  acciones. Por ejemplo:

«La forma en que un hombre bebe en compañía no tiene ningún significado; pero cuando lo hace a solas revela, sin que él lo sepa, el fondo mismo de su alma. Hay un modo de hacer girar el vaso entre los dedos, una manera de inclinar la botella y mirar cómo cae el vino, de llevarse el vaso a los labios, de sobresaltarse y dejarlo bruscamente en la mesa cuando te llaman, de volver a cogerlo con una tosecilla afectada, de apurarlo cerrando los ojos, como si bebiera olvido a tragos, que es la de un hombre intranquilo, agobiado por las preocupaciones o por un terrible problema.» 

Cada personaje con sus pasiones ocultas, sus secretos, sus reflexiones y rencores. Un pequeño libro que me ha sorprendido y gustado mucho. Aunque la verdad, me ha quedado chiquito. Y con un final inconcluso, pero bueno, uno puede sacar sus conclusiones o buscar las 7 esferas del dragón y resucitar a Irène para que lo termine.

Irène siempre me ha estado rondando cuando trabajaba en la librería, pero, no me animaba a cogerla. Hasta que leí la introducción -buenísima- sobre su vida, escrita  por Pilar de Musas en su Tinta  ( Proyecto adopta una autora)  me animó muchísimo. Les dejo el link aquí para que también la conozcan. Un abrazo para todos 🙂